
Esta receta es de esas que nunca se olvidan porque las cantidades van perfectamente cuadradas y están tan buenos que la próxima vez que vayas a repetir la receta seguro que te acuerdas de memoria.
Vas a necesitar crema de cacahuete, mi recomendación es que la hagas en casa, ya que es súper fácil y va a estar mucho mejor que ninguna que compres, sólo necesitas cacahuetes crudos, los pones en el horno a 180º unos 8 minutos para que se calienten y desprendan su aceite natural y después los trituramos con una pizca de sal en un procesador de alimentos o un robot de cocina muy potente, listo.
Si vas a hacer tú mismo la crema, recuerda reservar unos pocos cacahuetes enteros ya tostados para utilizar en la receta.
Ingredientes:
. 6 cucharadas de sésamo blanco bio
. 6 cucharadas de sésamo negro bio
. 6 cucharadas de coco rallado
. 6 cucharadas de cacahuetes tostados
. 1/4 cucharadita de sal rosa del Himalaya
. 6 cucharadas de sirope de ágave bio
. 6 cucharadas de crema de cacahuetes (mejor casera)
Precalentamos el horno a unos 170º.
En un bol amplio y con bastante profundidad mezclamos los 2 tipos de sésamo, el coco, la sal y los cacahuetes.
En un bol más pequeño mezclamos muy bien la crema de cacahuetes con el sirope de ágave.
Añadimos la segunda mezcla a la primera, tiene que quedar todo perfectamente unido (si te hace falta, utiliza las manos para crear una masa homogénea)
En un recipiente apto para el horno (tipo bandeja) cubrimos el fondo con papel vegetal y engrasamos ligeramente (con un poco de ghee, aceite de coco, mantequilla………..)
Volcamos nuestra masa y con una espátula vamos aplanando hasta que quede bastante fina (algo más fina que las barritas convencionales).
Introducimos la bandeja en el horno caliente y dejamos que se cocine unos 20 minutos (con cuidado de que no se tueste demasiado).
Al sacarlo del horno hay que dejar que se enfríe completamente antes de poder cortar nuestros cuadrados.

Una vez fríos los puedes envolver individualmente para poder llevarlos como snacks o meterlos en un recipiente de cristal hermético.

Ya veréis qué buenos están, a los niños les vuelven locos. También los puedes desmenuzar y añadirlos a un yogur.